En la adolescencia se atraviesan por muchos cambios. Por un lado, el cuerpo está en camino para adquirir su tamaño adulto. ¿Has notado que no te entran tus zapatos viejos o que los pantalones te quedan 7 cm más cortos? Además de estos cambios, probablemente te estás haciendo más independiente y tomando más decisiones propias. Algunas de las decisiones más importantes que vas a enfrentar se relacionan con tu salud.
¿Por qué? Porque los hábitos sanos, incluyendo una alimentación nutritiva y la actividad física, pueden ayudarte a sentirte bien, verte bien y a esforzarte más en la escuela, el trabajo o los deportes. También pueden prevenir la diabetes, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiacas, la osteoporosis, los derrames cerebrales y algunos cánceres cuando seas mayor.
En la adolescencia aparecen una serie de problemas de salud entre los que destacan los comportamientos de riesgo y otros trastornos como los relacionados con la sexualidad (embarazo, enfermedades de transmisión sexual), abuso de substancias y los problemas emocionales que a veces se manifiestan como depresión y otras como trastornos alimentarios.
Los adolescentes tienen necesidades de salud importantes y a la vez experimentan dificultades para conseguir ayuda apropiada. Los profesionales de salud deben establecer relaciones de confianza con adolescentes (que necesitan confidencialidad) y adoptar estrategias para sortear las dificultades de la entrevista sobre todo con el adolescente poco comunicativo. Pero también se necesita un trabajo con los padres dirigido a que mantengan su rol pero adaptado a las nuevas circunstancias y a que afronten sus retos personales y entrevistas conjuntas para entender e incidir en la dinámica familiar. Todo ello requiere preparar a los profesionales y organizar los dispositivos asistenciales.
Muy Bien
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