domingo, 26 de agosto de 2012
Adolescentes Estadounidenses
Las tasas de tabaquismo entre los adolescentes y adultos jóvenes estadounidenses se redujeron de 2004 a 2010, pero todavía demasiados siguen fumando, revela un nuevo informe del gobierno federal.
La tasa de uso actual de cigarrillos entre los adolescentes de EE. UU. se redujo de casi 12 por ciento en 2004 a alrededor de 8 por ciento en 2010, y se redujo de casi 40 a alrededor de 34 por ciento entre los adultos jóvenes, según un análisis de la Encuesta nacional sobre uso de drogas y salud de la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA) de EE. UU., publicada el jueves.
El porcentaje de fumadores diarios entre los adolescentes se redujo de poco más de 3 por ciento a menos de 2 por ciento, y se redujo de alrededor de 20 a casi 16 por ciento entre los adultos jóvenes en el periodo del estudio, halló la encuesta.
Entre los adultos jóvenes que fumaban a diario, el porcentaje que fumaba 26 o más cigarrillos (alrededor de un paquete y medio o más) al día se redujo casi a la mitad, de 6 por ciento en 2004 a 3.4 por ciento en 2010. Mientras tanto, muchos parecieron reducir la cantidad que fumaban, ya que el porcentaje de adultos jóvenes que fumaban cinco o menos cigarrillos al día aumentó de alrededor de 24 a 28 por ciento.
“Aunque ha habido cierto avance en el control del tabaquismo juvenil, todavía uno de cada 12 adolescentes fuma, así como uno de cada tres adultos jóvenes, lo que significa que demasiados jóvenes siguen poniendo sus vidas en peligro”, lamentó en un comunicado de prensa del gobierno la administradora de la SAMHSA Pamela Hyde.
“Como anota el Informe general sobre la prevención del uso de tabaco entre niños y adultos jóvenes de la Ministra de Sanidad, fumar es la principal causa prevenible de muertes en el país, y debemos aprovechar todas las oportunidades para evitar que los niños y adultos jóvenes de hoy en día se conviertan en los fumadores adultos adictos y enfermos del mañana”, añadió.
Las encuestas incluyeron a más de 150,000 personas de 12 a 17 años de edad, y a casi 160,000 de 18 a 25.
La SAMHSA también anotó que la tasa nacional de ventas ilegales de productos de tabaco a los jóvenes menores de edad de los detallistas se redujo a 9.3 por ciento, el nivel más bajo en la historia de 14 años de un programa que se dirige a evitar esas ventas.
miércoles, 15 de agosto de 2012
Como mantenerse saludables en la adolescencia
¿Los hábitos que tengo ahora realmente van a hacer una gran diferencia
cuando esté más viejo?
Sí, el 65% de las muertes en adultos son causadas
por enfermedad del corazón, cáncer y derrames. En muchos casos, estas
enfermedades se pueden prevenir. Muchos de los comportamientos que ocasionan
estas enfermedades comienzan temprano en la vida. Por ejemplo, si usted usa
tabaco cuando es un adolescente usted tiene mayor probabilidad de que le dé una
enfermedad del corazón.
¿Qué puedo hacer para mantenerme saludable?
- Evite el uso de cualquier producto derivado del tabaco. Trate de no respirar el humo del cigarrillo de las personas que fuman alrededor suyo.
- Siempre use su cinturón de seguridad.
- No beba alcohol y conduzca. No se suba a un automóvil con un chofer que ha estado bebiendo alcohol o usando drogas.
- Utilice equipo protector para su cabeza tal como cascos para motocicleta o bicicleta cuando participa en deportes.
- Nunca nade sólo.
- Hable con sus padres o con su médico si se está sintiendo verdaderamente triste o si está pensando acerca de hacerse daño a si mismo.
- Haga ejercicio con regularidad.
- Coma una dieta saludable.
- Evite las situaciones donde la violencia o las peleas puedan ocasionar que usted se lastime físicamente.
- Si usted tiene relaciones sexuales use condones para prevenir un embarazo y enfermedades transmitidas sexualmente. Recuerde siempre que el sexo mas "seguro" es no tener sexo.
- Visite a su médico con frecuencia.
¿Y que podría hacer mi médico?
El médico podría hacer una de las siguientes cosas
para ayudarlo a que se mantenga saludable:
- Determinar su riesgo en relación a ciertos problemas médicos.
- Tomar medidas de su estatura, peso, niveles de colesterol y su presión sanguínea.
- Ordenar pruebas para chequear su salud general o para determinar la presencia de ciertas enfermedades.
- Proveer inmunizaciones también llamadas vacunas para reducir el riesgo de que a usted le den ciertas enfermedades como paperas, tétano y hepatitis.
Una nota sobre las vacunas
Algunas veces la cantidad de una cierta vacuna no
es suficiente para el número de gente que la necesita. Más
información ...
¿A mi edad qué me debería preocupar especialmente?
Los accidentes automovilísticos, lesiones físicas
no intencionales, el homicidio y el suicidio son las dos causas más comunes de
muerte en adolescentes y adultos jóvenes. El cáncer y la enfermedad del corazón
también pueden afectarlo a esta edad. El embarazo no planeado y las
enfermedades transmitidas sexualmente -inclusive el VIH y el SIDA- pueden
causarle problemas sociales y personales además de hacerle daño a su salud.
¿Los hombre jóvenes tienen riesgos de salud que son diferentes de los de
las mujeres jóvenes?
Sí. Los hombres jóvenes no se colocan los
cinturones de seguridad con la misma frecuencia que las mujeres lo hacen.
Además es más probable que carguen armas, que se metan en peleas físicas, que
usen tabaco no fumado o marihuana, que tomen mucho alcohol y que tengan más
parejas sexuales. Por otro lado, las mujeres jóvenes tienen algunos riesgos
especiales. Ellas tratan de suicidarse con más frecuencia y tratan de perder
peso de maneras perjudiciales con más frecuencia que los hombres jóvenes.
¿Debo hablar con mi médico si estoy preocupado o preocupada acerca de mi
salud o de mi cuerpo?
Sí. Es importante que hable con su médico si usted
tiene alguna preocupación acerca de su salud o de su cuerpo. Su médico está
allí para ayudarle.
Alimentación
|
Nos cambia el cuerpo, crecemos de
golpe y eso no nos hace sentir muy cómodos. Cambian los pensamientos, las
relaciones, la forma de vestirnos, la sexualidad, y todos estos cambios nos
desconciertan sin entender bien donde estamos parados, que queremos y hacia
donde vamos.
En los últimos años la salud de
los adolescentes ha sido tema de preocupación. Sedentarismo y nuevos hábitos de
consumo han marcado la pauta en la alimentación de nuestros jóvenes. A
continuación algunas recomendaciones al respecto.
La adolescencia es una etapa de
la vida marcada por importantes transformaciones emocionales, sociales y
fisiológicas, donde la alimentación cobra una especial importancia. Por ello es
relevante evitar tanto el déficit nutritivo como los excesos, ya que ambos
pueden ocasionar graves trastornos de la salud.
Las necesidades de energía están
estrechamente relacionadas con el sexo, edad y nivel de actividad física. Por
ello, es conveniente evaluar y clasificar la actividad física (ligera, moderada
o intensa) y consumir la cantidad y variedad adecuada de alimentos para
satisfacer esos requerimientos.
La adolescencia es una etapa de
la vida marcada por importantes cambios emocionales, sociales y fisiológicos.
Sobre estos últimos la alimentación cobra una especial importancia debido a que
los requerimientos nutricionales, para hacer frente a estos cambios, son muy
elevados y es necesario asegurar un adecuado aporte de energía y nutrientes
para evitar situaciones carenciales que puedan ocasionar alteraciones y
trastornos de la salud.
Se debe hacer frente a la
alimentación del adolescente conociendo los requerimientos nutricionales,
sabiendo elegir los alimentos que garantizan una dieta suficiente en energía y
nutrientes, organizando y estructurando las comidas a lo largo del día. Por
último es importante conocer aquellas situaciones que pueden afectar a los
adolescentes y en las que se debe llevar a cabo alguna modificación de la
dieta.
Las necesidades nutricionales de
los adolescentes vienen marcadas por los procesos de maduración sexual, aumento
de talla y aumento de peso, característicos de esta etapa de la vida. Estos
procesos requieren una elevada cantidad de energía y nutrientes, hay que tener
en cuenta que en esta etapa el niño gana aproximadamente el 20% de la talla que
va a tener como adulto y el 50% del peso. Estos incrementos se corresponden con
aumento de masa muscular, y masa ósea. Toda esta situación se ve directamente
afectada por la alimentación que debe estar dirigida y diseñada para cubrir el
gasto que se origina.
Es muy difícil establecer unas
recomendaciones standard para los adolescentes debido a las peculiaridades
individuales que presenta este grupo de población. La mayor parte de las
recomendaciones se basan en el establecimiento de raciones que se asocian con
"una buena salud.
Las más recientes recomendaciones
dietéticas (RDA), respecto de energía y proteínas, de la Food and Nutrition
Board of the National Research Council (1989) para adolescentes se han
establecido en función del peso, edad y sexo y son las que más se utilizan y
mejor orientan.
Con respecto a los hidratos de
carbono y proteínas las recomendaciones en cantidad y calidad son las mismas
que para un adulto sano. Se deben mantener las raciones de una dieta sana y
equilibrada Se recomienda que, al menos, el 50% de la energía total de la dieta
proceda de hidratos de carbono y de un 15 a un 20% de las proteínas asegurando
una buena parte de origen vegetal.
En cuanto a grasas, deben
representar el 30-35% del total de calorías de la dieta con la relación ácidos
grasos saturados / monoinsaturados / poliinsaturados adecuada. No hay que
olvidar que el aporte correcto de grasas supone cubrir adecuadamente las
necesidades de ácidos grasos esenciales (necesarios para formar diferentes
metabolitos) y de vitaminas liposolubles.
Son tres los minerales que tienen
especial importancia en la adolescencia: el calcio, el hierro y el zinc. Cada
uno de ellos se relaciona con un aspecto concreto del crecimiento:
El calcio con el crecimiento de la masa ósea. El hierro con
el desarrollo de tejidos hemáticos (los glóbulos rojos) y del muscular. El zinc
con el desarrollo de la masa ósea y muscular. También está relacionado con
crecimiento del cabello y uñas.
De Calcio: se recomiendan unos 1200 mg/día. La
disponibilidad es diferente dependiendo del alimento del que proceda siendo los
alimentos más adecuados la leche y todos sus derivados. La vitamina D, la
lactosa y las proteínas facilitan su absorción mientras que la fibra, la
cafeína y el azúcar la dificultan.
De Hierro: La RDA recomienda un suplemento de 2 mg/día para
varones en edad adolescente durante el periodo de máximo crecimiento, entre los
10 y 17 años. Para las chicas se recomienda un suplemento de 5mg/día a partir
de la menarquia. El hierro que mejor se absorbe es el procedente de la carne,
mientras que el procedente de legumbres, verduras y otros alimentos se absorbe
peor.
El Zinc está directamente relacionado con la síntesis de
proteínas y por lo tanto con la formación de tejidos por lo que es
especialmente importante en la adolescencia. La carencia de Zinc, se relaciona
con lesiones en la piel, retraso en la cicatrización de heridas, caída del
cabello, fragilidad en las uñas etc. El déficit crónico puede causar
hipogonadismo (pequeño tamaño de órganos reproductores). Las RDA establecen una
ingesta diaria de zinc en torno a los 12 mg/día para chicas y 15mg/día para
chicos.
La fuente principal de zinc la
constituyen las carnes, pescado y huevos. También los cereales complejos y las
legumbres constituyen una fuente importante. La fibra actúa dificultando su
absorción.
Para los adolescentes se
recomiendan, especialmente, las vitaminas que de una u otra forma se relacionan
con la síntesis de proteínas, el crecimiento y el desarrollo: vitamina A, D, y
Ácido Fólico, B12, B6, Riboflavina, Niacina, y Tiamina, sin que se recomiende
cantidad mínima o específica de ninguna de ellas. La fuente principal de todas
ellas son las frutas y las verduras.
Alimentos plásticos:
Leche y derivados de 600-850 ml, además de una ración de queso (150-200 g) al menos una vez al día. Carne o pescado: 150-200 g por ración. (1 vez al día). Huevos: 1 al día (hasta completar 4 semanales). Cuando sustituyan a una ración de carne o pescado se deberán tomar dos.
Alimentos energéticos:
Se deben tomar, al menos, dos raciones diarias (patatas, arroz, pasta, pan, etc.) no excesivamente voluminosas y asegurar la ingesta de azúcar e hidratos de carbono sobre todo en el desayuno.
Alimentos reguladores:
Es muy importante tomar frutas y verduras cocidas y crudas. Se recomienda tomar una ensalada diaria y 3-4 piezas de fruta.
Bebidas:
Se debe tomar suficiente cantidad de agua (unos dos litros cada día) y una cantidad moderada de bebidas azucaradas. Se debe insistir especialmente en los efectos nocivos del consumo de cualquier bebida alcohólica en este periodo de la vida.
Leche y derivados de 600-850 ml, además de una ración de queso (150-200 g) al menos una vez al día. Carne o pescado: 150-200 g por ración. (1 vez al día). Huevos: 1 al día (hasta completar 4 semanales). Cuando sustituyan a una ración de carne o pescado se deberán tomar dos.
Alimentos energéticos:
Se deben tomar, al menos, dos raciones diarias (patatas, arroz, pasta, pan, etc.) no excesivamente voluminosas y asegurar la ingesta de azúcar e hidratos de carbono sobre todo en el desayuno.
Alimentos reguladores:
Es muy importante tomar frutas y verduras cocidas y crudas. Se recomienda tomar una ensalada diaria y 3-4 piezas de fruta.
Bebidas:
Se debe tomar suficiente cantidad de agua (unos dos litros cada día) y una cantidad moderada de bebidas azucaradas. Se debe insistir especialmente en los efectos nocivos del consumo de cualquier bebida alcohólica en este periodo de la vida.
Cómo lograr una mejor
alimentación:
- Aumente el consumo de leche. Prefiera alimentos de bajo contenido graso. Recuerde que puede reemplazarla por yogurt, quesillo o queso fresco.
- Prefiera las carnes como pescado, pavo y pollo, éstos contienen menos grasas saturadas y colesterol.
- Aumente el consumo de frutas, verduras y legumbres.
- Prefiera los aceites vegetales crudos. Consuma frituras sólo en forma ocasional.
- Disminuya su consumo de azúcar. Recuerde que muchos alimentos contienen azúcar en su preparación (bebidas, jugos, mermeladas, galletas, helados, tortas y pasteles).
- Recuerde que muchos alimentos procesados contienen una importante cantidad de sal (papas fritas, galletas saladas, suflitos y otros), por lo tanto, no agregue sal extra a sus comidas.
- El consumo eventual de comida rápida no supone ningún inconveniente para la salud, siempre y cuando no se conviertan en un hábito ni sustituyan la ingesta de otros alimentos básicos.
domingo, 5 de agosto de 2012
Tips para ayudar a los adolescentes a hacer deportes
Si el único ejercicio que practican nuestros hijos es subir las escaleras
y cerrar de un portazo la puerta de sus habitaciones, puede que sea el momento
de empezar a motivarlos para que prueben otras formas de ejercicio más
civilizadas.
Además de mantenerse estilizados y en forma, los niños que son activos durante la adolescencia —edad en la que la participación en deportes organizados y la educación física disminuyen— tienen menos riesgo de padecer una enfermedad coronaria, diabetes y otras enfermedades crónicas más tarde en su vida. Además, los estudios han demostrado que los adolescentes que practican ejercicio regularmente tienen mayor autoestima, obtienen mejores resultados escolares y es menos probable que caigan en comportamientos de riesgo, como fumar y consumir alcohol o drogas ilegales, y mantener relaciones sexuales sin protección.
Pero en ocasiones, puede ser difícil motivar a un adolescente para que haga ejercicio. A continuación, se indican cinco trucos sencillos para motivarlos y encaminarlos hacia un estilo de vida saludable.
1) Ejercer de líder: el viejo dicho “donde va uno van todos” es real tenga el niño dos años o 22, especialmente cuando se trata de hacer ejercicio. Por ejemplo, si nos pasamos el rato quejándonos mientras entrenamos, el niño enseguida lo asociará con una tarea latosa. No es necesario que dominemos todos los deportes para mostrarle nuestro entusiasmo por la actividad física, bastará con que vea que disfrutamos haciendo ejercicio.
2) Dejar elegir: potencia sus hábitos de ejercicio e incrementa las posibilidades de que integre la actividad física como parte de su vida cotidiana permitiéndole elegir las actividades físicas que más le interesen. Si no quiere deportes organizados, se le puede anotar en un gimnasio, proporcionarle vídeo de ejercicios para realizar en casa o animarlos en su reciente interés por el monopatín (con sentido; después de todo, hay que ejercer de padres).
3) Aprovechar la amistad: en la adolescencia no llegan las horas del día para estar con los amigos (la factura telefónica probablemente lo atestigüe). Se puede aprovechar esta necesidad constante de compañerismo para animarlos a anotarse en actividades con un amigo o dejándoles que inviten a sus amigos a dar un paseo o a una visita a la piscina. estarán tan entretenidos hablando que ni se darán cuenta de que están haciendo ejercicio.
4) Trabajar: hay una actividad para los adolescentes que los puede mantener alejados de ese violento videojuego, mantenerlos en forma y proporcionarles un poco de dinero (lo que, a su vez, hace que haya que darles menos): ¡un trabajo! Es bueno animarlos a buscar un trabajo de verano o para después de clase que amplíe el tiempo que se mantienen activos físicamente, como de ayudante de monitor en un campamento, canguro o ayudante de entrenador de un equipo deportivo de niños. Además de mejorar su forma física, ganarán un poco de dinero, aprenderán a asumir nuevas responsabilidades y ampliarán su currículo.
5) Recompensar las buenas acciones: al igual que se celebra y alaba cada avance y logro en la vida de los hijos, también hay que hacerlo a medida que van logrando sus objetivos en cuanto a estado de forma física; pero, en lugar de recompensarlos con una tarta o algo parecido, lo mejor es optar por premios que los ayuden a avanzar aún más en sus actividades atléticas, como un balón o unos tenis nuevos, o entradas para un evento deportivo que les interese.
Además de mantenerse estilizados y en forma, los niños que son activos durante la adolescencia —edad en la que la participación en deportes organizados y la educación física disminuyen— tienen menos riesgo de padecer una enfermedad coronaria, diabetes y otras enfermedades crónicas más tarde en su vida. Además, los estudios han demostrado que los adolescentes que practican ejercicio regularmente tienen mayor autoestima, obtienen mejores resultados escolares y es menos probable que caigan en comportamientos de riesgo, como fumar y consumir alcohol o drogas ilegales, y mantener relaciones sexuales sin protección.
Pero en ocasiones, puede ser difícil motivar a un adolescente para que haga ejercicio. A continuación, se indican cinco trucos sencillos para motivarlos y encaminarlos hacia un estilo de vida saludable.
1) Ejercer de líder: el viejo dicho “donde va uno van todos” es real tenga el niño dos años o 22, especialmente cuando se trata de hacer ejercicio. Por ejemplo, si nos pasamos el rato quejándonos mientras entrenamos, el niño enseguida lo asociará con una tarea latosa. No es necesario que dominemos todos los deportes para mostrarle nuestro entusiasmo por la actividad física, bastará con que vea que disfrutamos haciendo ejercicio.
2) Dejar elegir: potencia sus hábitos de ejercicio e incrementa las posibilidades de que integre la actividad física como parte de su vida cotidiana permitiéndole elegir las actividades físicas que más le interesen. Si no quiere deportes organizados, se le puede anotar en un gimnasio, proporcionarle vídeo de ejercicios para realizar en casa o animarlos en su reciente interés por el monopatín (con sentido; después de todo, hay que ejercer de padres).
3) Aprovechar la amistad: en la adolescencia no llegan las horas del día para estar con los amigos (la factura telefónica probablemente lo atestigüe). Se puede aprovechar esta necesidad constante de compañerismo para animarlos a anotarse en actividades con un amigo o dejándoles que inviten a sus amigos a dar un paseo o a una visita a la piscina. estarán tan entretenidos hablando que ni se darán cuenta de que están haciendo ejercicio.
4) Trabajar: hay una actividad para los adolescentes que los puede mantener alejados de ese violento videojuego, mantenerlos en forma y proporcionarles un poco de dinero (lo que, a su vez, hace que haya que darles menos): ¡un trabajo! Es bueno animarlos a buscar un trabajo de verano o para después de clase que amplíe el tiempo que se mantienen activos físicamente, como de ayudante de monitor en un campamento, canguro o ayudante de entrenador de un equipo deportivo de niños. Además de mejorar su forma física, ganarán un poco de dinero, aprenderán a asumir nuevas responsabilidades y ampliarán su currículo.
5) Recompensar las buenas acciones: al igual que se celebra y alaba cada avance y logro en la vida de los hijos, también hay que hacerlo a medida que van logrando sus objetivos en cuanto a estado de forma física; pero, en lugar de recompensarlos con una tarta o algo parecido, lo mejor es optar por premios que los ayuden a avanzar aún más en sus actividades atléticas, como un balón o unos tenis nuevos, o entradas para un evento deportivo que les interese.
Los deportes
¿Alguna vez te has preguntado que
se puede hacer para evitar que los adolescentes se droguen? ¿o haz notado que
los que realizan deportes no se drogan?
El consumo de drogas es una de
las grandes preocupaciones de todos los padres con hijos en la adolescencia,
una etapa de la vida en la que resultan decisivas las amistades y actividades
que el joven lleve a cabo durante su tiempo libre. Con esta afirmación como
punto de partida, los expertos reunidos en la jornada “Deporte y adolescencia:
¿una alternativa de ocio?”, celebrada hoy de la mano de la Escuela de Estudios
Universitarios Real Madrid-Universidad Europea de Madrid, han señalado que el
deporte puede constituir una opción lúdica alternativa a contextos que
propician conductas como el consumo de alcohol y de otras sustancias,
afirmación que cobra aún más sentido si se tiene en cuenta que el 60% de los
adolescentes que consumen drogas lo hace para divertirse.
Al mismo tiempo, la práctica deportiva es un medio especialmente idóneo para poner en marcha estrategias de prevención de comportamientos de riesgo social ya desde la infancia y de programas para la educación e integración de niños y jóvenes.
Según recuerda la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), las drogas más consumidas por los adolescentes en la actualidad son el alcohol y el tabaco, sustancias con las que se tiene un primer contacto a los 13 años. Les sigue el cannabis, cuya edad media de inicio de consumo se sitúa en los 15 años. A partir de esa edad se inician los contactos con otras drogas como la cocaína o el LSD. Entre los 20 y los 24 años es cuando se produce un consumo más frecuente y abundante de drogas tanto legales como ilegales.
A la luz de estos datos, los expertos subrayan la importancia de que en una etapa de la vida tan crítica como es la adolescencia los jóvenes tengan alternativas de ocio seguras y que les mantengan alejados de los estupefacientes. “El deporte es una importantísima herramienta de trabajo físico, de formación, de transmisión de valores y también de ocio y diversión…”, asegura Ignacio Calderón, director general de la FAD.
Al mismo tiempo, la práctica deportiva es un medio especialmente idóneo para poner en marcha estrategias de prevención de comportamientos de riesgo social ya desde la infancia y de programas para la educación e integración de niños y jóvenes.
Según recuerda la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), las drogas más consumidas por los adolescentes en la actualidad son el alcohol y el tabaco, sustancias con las que se tiene un primer contacto a los 13 años. Les sigue el cannabis, cuya edad media de inicio de consumo se sitúa en los 15 años. A partir de esa edad se inician los contactos con otras drogas como la cocaína o el LSD. Entre los 20 y los 24 años es cuando se produce un consumo más frecuente y abundante de drogas tanto legales como ilegales.
A la luz de estos datos, los expertos subrayan la importancia de que en una etapa de la vida tan crítica como es la adolescencia los jóvenes tengan alternativas de ocio seguras y que les mantengan alejados de los estupefacientes. “El deporte es una importantísima herramienta de trabajo físico, de formación, de transmisión de valores y también de ocio y diversión…”, asegura Ignacio Calderón, director general de la FAD.
-Inteligencia, motivación y
acción
Por todo ello, y con el convencimiento pleno de que la actividad deportiva constituye un medio especialmente idóneo para desarrollar estrategias de prevención, la FAD ha puesto en marcha el “Club del Buen Deportista”, una iniciativa a la que pueden adherirse todos los centros educativos que lo deseen y que tiene como principal finalidad fomentar la actividad deportiva como instrumento de educación y transmisión de valores preventivos desde la infancia. “No se trata de una actividad deportiva sin más, sino que pretende fomentar y propiciar la adquisición de capacidades desde la infancia y la juventud y permitir la formación de personalidades independientes, sanas, autónomas, que gestionen su libertad y su responsabilidad y que se enfrenten a la realidad con una garantía razonable de éxito”, explica Ignacio Calderón.
El director general de la FAD subraya el papel del deporte como elemento preventivo frente a las drogas puesto que “favorece el desarrollo de mecanismos y hábitos que enlazan la inteligencia, la motivación y la acción; centra el placer en el individuo y en las relaciones personales en lugar de hacerlo sobre la posesión de objetos; fomenta el esfuerzo personal y grupal en la consecución de metas; adiestra en el aplazamiento de la recompensa y contribuye a interiorizar la existencia de normas y a participar en su establecimiento y respeto, entre otras cuestiones”, asegura.
“Es evidente que el tiempo que un adolescente pasa practicando algún deporte no está consumiendo drogas, pero además hay que tener en cuenta que si está muy implicado con su equipo querrá estar fresco para jugar bien o poder entrenar, lo que a su vez supone un escudo protector frente a las sustancias”, subraya por su parte Miguel Carmelo, presidente de Laureate International Universities para la Región Mediterránea y presidente de la Universidad Europea de Madrid. “Tampoco hay que olvidar que el entorno es fundamental en el inicio del consumo y, sin duda, en el ámbito deportivo hay menos drogas que en otros”.
Por todo ello, y con el convencimiento pleno de que la actividad deportiva constituye un medio especialmente idóneo para desarrollar estrategias de prevención, la FAD ha puesto en marcha el “Club del Buen Deportista”, una iniciativa a la que pueden adherirse todos los centros educativos que lo deseen y que tiene como principal finalidad fomentar la actividad deportiva como instrumento de educación y transmisión de valores preventivos desde la infancia. “No se trata de una actividad deportiva sin más, sino que pretende fomentar y propiciar la adquisición de capacidades desde la infancia y la juventud y permitir la formación de personalidades independientes, sanas, autónomas, que gestionen su libertad y su responsabilidad y que se enfrenten a la realidad con una garantía razonable de éxito”, explica Ignacio Calderón.
El director general de la FAD subraya el papel del deporte como elemento preventivo frente a las drogas puesto que “favorece el desarrollo de mecanismos y hábitos que enlazan la inteligencia, la motivación y la acción; centra el placer en el individuo y en las relaciones personales en lugar de hacerlo sobre la posesión de objetos; fomenta el esfuerzo personal y grupal en la consecución de metas; adiestra en el aplazamiento de la recompensa y contribuye a interiorizar la existencia de normas y a participar en su establecimiento y respeto, entre otras cuestiones”, asegura.
“Es evidente que el tiempo que un adolescente pasa practicando algún deporte no está consumiendo drogas, pero además hay que tener en cuenta que si está muy implicado con su equipo querrá estar fresco para jugar bien o poder entrenar, lo que a su vez supone un escudo protector frente a las sustancias”, subraya por su parte Miguel Carmelo, presidente de Laureate International Universities para la Región Mediterránea y presidente de la Universidad Europea de Madrid. “Tampoco hay que olvidar que el entorno es fundamental en el inicio del consumo y, sin duda, en el ámbito deportivo hay menos drogas que en otros”.
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